Diabetes en niños y adolescentes

La diabetes de tipo 1 es uno de los trastornos metabólicos más frecuentes en niños. Aún no se conoce con certeza el desencadenante de la enfermedad. Los investigadores sospechan de causas genéticas, intensificadas por las influencias ambientales.

Después del diagnóstico

El diagnóstico muchas veces pilla desprevenidos a los niños y sus padres. Tras el impacto inicial, surgen preguntas urgentes como:

  • ¿Podríamos haber hecho algo para evitar esta enfermedad?
  • ¿Cómo podremos convivir a diario con esta enfermedad crónica?

Dato importante: La diabetes de tipo 1 es una enfermedad autoinmune que no se desencadena ni por exceso de comida ni por consumo excesivo de azúcar. No se puede prevenir ni curar. Sin embargo, gracias a las modernas terapias y medicamentos, hoy contamos con tratamientos muy eficaces.

Tratamiento de la diabetes de tipo 1

La responsabilidad personal desempeña un papel importantísimo en el tratamiento de la diabetes de tipo 1. El médico prescribirá el tratamiento, que los padres y niños (en función de su edad) deberán seguir por su cuenta. Esto significa que:

  • La glucemia se debe medir varias veces al día.
  • Se deberán calcular los hidratos de carbono de cada comida, así como la dosis de insulina asociada necesaria.
  • La insulina se inyecta en el tejido graso subcutáneo con una pluma de insulina, o se administra con una bomba de insulina.

Los padres y los niños reciben una formación completa en estos procedimientos, para luego pasar por una supervisión periódica. Contará con un equipo de especialistas en diabetes, asesores de diabetes y psicólogos que se pondrán manos a la obra para asistirle en la vida cotidiana.

Hay dos tratamientos disponibles para el tratamiento de la diabetes de tipo 1:

Los objetivos terapéuticos son:

  • Estabilización del metabolismo con niveles de glucemia dentro del intervalo normal, sin emergencias hipoglucémicas frecuentes. Esta estabilización previene a largo plazo enfermedades secundarias relacionadas con la diabetes.
  • Mayor flexibilidad y calidad de vida, porque los niños no deben verse limitados por su enfermedad.

Es frecuente que las múltiples inyecciones diarias (MDI) muchas veces no cumplan adecuadamente estos objetivos. De ahí que cada vez más niños y adolescentes reciban tratamiento con bomba de insulina.

Asistencia en la vida cotidiana

Los niños y adolescentes con diabetes de tipo 1 quieren llevar una vida normal, igual que los demás niños. Tienen las mismas capacidades y no quieren ser tratados de forma diferente en el colegio o en los deportes. Para los padres, muchas veces es como andar por la cuerda floja: por un lado, quieren educar a su hijo para que sea autosuficiente;por otro, sienten la necesidad de proteger y controlar constantemente a su hijo diabético.

Los expertos aconsejan a los padres involucrar a los hijos en su tratamiento antidiabético, así como instruirlos en la enfermedad, lo antes posible. Inste a sus hijos a hacer cuanto puedan y ayúdeles cuando no den más de sí. También es importante asegurarse de no agobiar al niño demasiado pronto con demasiada responsabilidad. Los padres siempre deberán ayudar a sus hijos y “entrenarlos”, aunque sean adolescentes. No hay reglas fijas ni ninguna edad definida para que un niño empiece a administrarse su propio tratamiento.

Guardería y colegio

A menudo, los educadores y los maestros saben muy poco o nada de la diabetes de tipo 1. Legalmente no les está permitido asumir ningún papel con respecto al tratamiento, p. ej.,tienen prohibido administrar inyecciones de insulina. Para garantizar una cooperación constructiva es importante:

  • Generar confianza;
  • Informar al personal del colegio o de la guardería sobre la diabetes;
  • Proporcionar ejemplos concretos sobre cómo educadores y maestros pueden apoyar al niño.